El Universal. 21-10-05.- LA CRISIS DE LIDERAZGO se detectó en los ochenta. Y si examinamos la asombrosa cantidad de gaffes cometidos en estas dos décadas de Capulina, Clavillazo, Jim Kerry y Adam Sandler en funciones de jefatura, comprenderemos por qué les quitaron de las manos el gobierno, la oposición, el poder, el sistema y hasta el país. Los mandaron a todos al exilio interior y al naufragio de sus futuros. Tienen poco que buscar. La mala noticia es que el sunami de insensatez no termina y la mencionada crisis continúa impertérrita, como demostraron el 11 de abril, el paro, el 15 de agosto. Roberto Giusti revive la secuencia en su libro Los años duros (Caracas: Libros Cruzados, 2005. Ahora la demencia nos convoca a no votar, como cuando quisieron convencernos de no ir a "los reparos" ni al revocatorio. El número de diputados a obtener por la oposición podría mermar, no por acción del Gobierno, sino por sus aliados espontáneos que le facilitan la tarea. Los argumentos parecen sacados de películas de Cantinflas o soplados por el gato de Alicia en el país de las maravillas. La alta abstención le "quitaría legitimidad al régimen", sin que medie para nada que en las municipales de agosto (05) llegó al 70% sin que las hecatombes oficiales aparezcan.
EL GOBIERNO QUEDO en su posición más fuerte y la oposición en la más débil en mucho tiempo. Algunos añaden que si "toda la oposición se abstuviera" la cosa saldría bien, por lo que hay que añadir autoritarismo y soberbia a una ingenuidad asombrosa, entre otras porque la mayoría abrumadora de la oposición piensa exactamente lo contrario: que la línea abstencionista es, al decir de Tay llerand, un error y también una es tupidez.
La gente se abstiene por muchas razones: desinterés, decepción frente al gobierno y la oposición, desconfianza por los líderes, desconocimiento de los candidatos, dudas de que valga la pena, trauma del Revocatorio e incluso algunos hasta porque oyen opositores decir que no deben hacerlo. Pero que podamos entender la validez de ese sentimiento no le quita que sea equivocado.
Nos traiciona el parroquialismo. Somos "endógenos" y no nos interesa siquiera echar una mirada a lo que ha ocurrido en circunstancias parecidas a las nuestras.
ESE PEQUEÑO ESFUERZO nos permitiría aprender que no se sabe de alguna experiencia en la que la oposición a un régimen autoritario haya convocado a no votar, con la tontería argumental de que los dictadores "no respetan mi voto". Los fraudes, más bien, han sido catalizadores de crisis de las dictaduras. Me recuerdan aquel dirigente de la lucha contra Pérez Jiménez (décadas después muy valiente en el derrocamiento de otro Pérez, Carlos Andrés) que, cuando lo llevaron preso a la Seguridad Nacional y comenzaron a interrogarlo, dijo ... "a mí no me toque. Yo soy un hombre serio. Ud. me pregunta y yo le respondo". Experiencias de la más variada ideología y orientación política demuestran que sólo sólo a través de la participación en los distorsionados mecanismos de las dictaduras se les derrota. Como Endara en Panamá, Chamorro en Nicaragua, Walesa en Polonia, Yusenko en Ucrania, Corazón Aquino en Filipinas, Toledo en Perú, el PS y PDC chilenos, etc.
HAY QUE PARTICIPAR para arrancarle los diputados al régimen y es inmoral descalificar a los candidatos que hacen el esfuerzo. Delsa Solórzano, Ybéyise Pacheco, Carlos Ocariz, Jesús Garrido, Alfonso Marquina, Pastor Heydra, Liliana Hernández, José Luis Faría, Carlos Melo, Gabriel Puerta y muchos otros, merecen nuestro voto.
http://buscador.eluniversal.com/2005/10/21/opi_art_21490D.shtml
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