A nuestros compañeros, una reflexión necesaria.
Algunos de nosotros nos iniciamos en la actividad política, relativamente niños, a los once años ingrese en la juventud comunista, como muchos otros jóvenes de nuestra generación ilusionados por la justicia social y el cambio revolucionario, dispuestos a acabar con las desigualdades y a luchar contra los gobiernos corruptos y pro imperialistas de AD y COPEI.
Paralelamente a la incorporación al liceo ingresamos muchos a la actividad de calle, por supuesto ya a tan temprana edad habíamos devorado las obras de Máximo Gorki, Dostoyeski, algunas de Marx y Lenin. La Madre, Así se templo el acero, el Manifiesto Comunista, etc., nos los pasábamos subrepticiamente para leerlos un combativo grupo de jóvenes de las distintas parroquias, organizamos células en los liceos, barrios y sindicatos, e hicimos todas las cosas y actividades que nos fueron propuestas.
Eran los tiempos de la paz democrática, Él UPA (Frente legal del PCV) -elecciones 1968-, el retiro progresivo de la lucha guerrillera y la necesaria incorporación a las vías democráticas, la participación en las elecciones, pelear por tener aunque sea un parlamentario, una voz en el corrupto corazón del sistema, y todo ello después de asumir correctamente que habíamos sido derrotados con un costo alto para las fuerzas del cambio (Carupanazo, Barcelonazo –intentos fracasados de golpes militares- los diversos frentes guerrilleros desmovilizados y los frentes urbanos desmantelados, muertos, cárcel, desapariciones, tortura, perdimos a lo largo de este proceso presencia importante en sindicatos, universidades y sectores populares. A pesar de ello nos debatíamos en una discusión permanente de cuales eran las vías o estrategias a seguir. Calidad y eficiencia, con los pies en la tierra y las manos en el corazón. Pasión e inteligencia.
En el año 1971-72, un grupo de jóvenes entre los cuales se encontraban Carlos Melo, Felipe Becerra, Pilar Romero, José Carlos García –hermano del muchacho asesinado cuando el secuestro de Nihaus- etc., fuimos expulsados por contestatarios del pedagógico de Caracas. No es necesario decirte que fuimos abstencionistas furibundos, ahora derrotados y expulsados acordamos en pleno proceso de división del PCV, incorporarnos a la Causa R.
Alfredo Maneiro nos había convencido de la necesidad de replantearse el tema de la vanguardia política, abordar el tema del modelo de sociedad a construir. Que hacer para recuperar una presencia significativa en la política Venezolana, como nacer de nuevo en los sectores populares, en el movimiento obrero, en los sectores estudiantiles e intelectuales, como a partir de casi cero, luego de las sucesivas derrotas, después que estrategias y liderazgos equivocados nos habían llevado a tal situación de debilidad, abrir la posibilidad de resurgir de nuestras cenizas.
Seguramente puedes recordar que CAP, ganó las elecciones en el año 73 (AD) con una mayoría sorprendente de votos y que el resto los obtuvo COPEI, quedaron migajas para aquellos que creían en que había que luchar para adecentar la política, para los que pensaban que era posible construir un modelo de sociedad diferente. Obviamente en estas elecciones no participamos (Como hacerlo sí el CSE (hoy CNE) estaba colonizado por el gobierno, por sus partidos, que cobraban y se daban el vuelto, Por que hacerlo si siempre nos robarían los votos y ellos (AD y COPEI) gracias a los petrodólares podían hacer costosísimas campañas electorales, mientras ellos viajaban en Avión y limosinas, nosotros apenas podíamos hacerlo en autobús.
Desde el año 70 hasta el año 88, 18 años de transitar por el desierto, desasistidos de recursos y opinión, luego de años de luchas en las zonas populares, dividida la Causa R, contando con significativos apoyos en el movimiento obrero se lograron apenas tres parlamentarios, entre ellos Carlos Melo como diputado suplente, tal vez de aquí en adelante sea fácil reconstruir la historia. Ciertamente y no podemos negarlo ahora, años duros de enfrentamiento contra AD y COPEI y sus políticas, las cuales habían sumido al país en una grave situación que era necesario cambiar, luchas sin concesiones y en donde la desesperación nos hizo pensar que no había nada peor a los gobiernos de Pérez, Lusinchi, Caldera y Luis Herrera, que cualquier salida era preferible a que ellos siguieran gobernando, cuan errados estábamos.
No es necesario recordarte a ti y al resto de nuestros compañeros de Gente de Pueblo las cosas y momentos que compartimos juntos a lo largo de estos siete años de enfrentamiento a Chávez, en las marchas, cuando las entregas de las firmas, cuando a Carlos Melo lo recluyeron en el Rodeo, de nuestros compañeros detenidos, heridos, en el exilio o muertos, de los profundos debates que se generaron después del once de abril, cuando un grupúsculo intentó confiscar para sí el esfuerzo en dolor y sangre del pueblo venezolano, de cómo los militares que se lo llevaron lo devolvieron sin ruborizarse al trono, de nuestra incapacidad orgánica para revertir estás situación, de nuestras frecuentes peleas en el seno de la coordinadora democrática, cuando clamábamos en el desierto por lograr que entendieran que sin el pueblo, sin los sectores populares era imposible derrotar a Chávez, evocaras seguramente como éramos convidados de piedra a estas reuniones, donde de nuevo eran secuestradas las decisiones por cogollos, de nuestros cuestionamientos a la decisión de mantener el paro, o de nuestras criticas cuando la plaza Altamira y un largo etc.
Es posible que estemos equivocados en las políticas que planteamos, a diferencia de otros no tenemos todas las respuestas, ni asumimos a priori ser los poseedores de la verdad, pero, de lo que sí estamos seguros es que no podrán obligarnos a cometer los mismos errores que han llevado a fortalecer, en nuestra humilde opinión, al Chavismo. No podrán a pesar de su insistencia en políticas que la experiencia propia y en América Latina nos dicen de lo equivocado de ellas, no lograran que las secundemos y menos a partir de la descalificación y el chantaje.
Cuando planteamos e insistimos en la vía democrática, que llamemos a votar en condiciones tan adversas, lo hacemos a partir de la conciencia de la debilidad existente en el seno de las fuerzas democráticas en el presente, aunque coincidamos que en mucho ella –la debilidad aparente- es consecuencia de los errores cometidos por nosotros desde la oposición. De lo que sí estamos seguros en (Gente de Pueblo – Solidaridad), es que para enfrentar a un régimen como este se requiere de coraje e inteligencia, de calibrar exactamente debilidades y fortalezas en ellos -el gobierno- y nosotros –la oposición-. Y no es cediendo pasivamente lo que tanto esfuerzo nos toco conquistar –Los espacios democráticos, el derecho al voto, las libertades y derechos consagrados, la descentralización, etc.- como en nuestra humilde opinión lograremos reconstruir, retomar lo perdido.
Se trata en consecuencia de seleccionar los escenarios donde podemos debatir y luchar con mayor probabilidad de éxito, nos corresponde poner en circulación nuestras ideas, contrastarlas con y en los sectores que decimos representar, de organizarnos y fortalecernos, de prepararnos con responsabilidad y madurez para los duros escenarios en donde nos tocara luchar y que probablemente compartamos de nuevo, decimos que tal vez volvamos a ser compañeros de ruta, si la naturaleza del debate y la calidad del mismo posibilite que coincidamos no solo con relación al enemigo a enfrentar, sino en el modelo de sociedad y el proyecto de país que aspiramos a construir. Por que de algo si estamos seguros a la luz de las experiencias recientes, siempre podremos estar peor de lo que estamos actualmente. Un error, vale, el mismo error dos veces tal vez, pero, más de tres veces incurrir en el mismo error una estupidez.
Ángel Cacique
Carlos Melo
Gente de Pueblo - Solidaridad
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