"Una Manera Creativa De Invertir El Tiempo. Optimizar El Esfuerzo. Empezar de Nuevo"

Venezolano. Critico y activo opositor a la cuarta, a la quinta y probablemente a la sexta república. Intento intercambiar experiencias, propiciar debates, generar aprendizajes. Pensar y hacer en el proceso cotidiano de construir un mejor país, inteligente y feliz, con desarrollo sustentable y en Paz. Sin todas las respuestas con dudas permanentes, aprendiendo de los errores, intentando que mis sueños sean posibles y vivir el presente con orgullo y dignidad. Ángel Cacique

viernes, enero 03, 2003

"La Calidad Revolucionaria de la Organización"

Un problema de particular importancia es el relativo a la calidad revolucionaria de la organización. Por calidad revolucionaria, entendemos la capacidad probable de sus miembros para participar en un esfuerzo dirigido a la transformación de la sociedad, a la creación de un nuevo sistema de relaciones humanas. Como quiera que tenemos el íntimo convencimiento de que un esfuerzo de tal naturaleza sólo se puede realizar desde el gobierno, sólo puede ser un propósito estatal, parecería entonces que una petición de calidad revolucionaria no puede realizarse antes sino después de resolverse, en beneficio de una organización cualquiera, el problema político. En efecto, parece no sólo inoportuno, sino ingenuo (e incluso demagógico) formular tal exigencia, cuando nadie puede garantizar la calidad suya ni la ajena, antes de que ésta sea puesta a prueba. Esto es verdad. Pero, si bien es cierto que no se puede afirmar a priori la calidad de una organización política cualquiera, si se puede negar a priori la calidad de algunas de ellas. Es decir, ciertas estructuras partidistas desarrollan un espíritu de secta tan marcado, sustituyen de tal manera la disciplina por la obediencia, vician sus afiliados con un juego tan complicado de jerarquías, gradaciones, amiguismos, arbitrariedades, etc., y, sobré todo, crean tales dificultades a la confrontación libre de opiniones, que la lucha interna sólo puede expresarse a través de zancadillas, corrillos, pactos ominosos y manejos oscuros. Estructuras así terminan por producir un militante condicionado, de mediocres aspiraciones y cuya audacia, valor y espíritu critico se resuelve, a menudo, en una racionalización forzada de las verdades, valores e intereses del partido. En realidad, abundan modelos organizativos que, no importa sus reclamos ideológicos, devienen modelos en escala reducida del mismo "sistema" a cuya destrucción dicen aspirar. En realidad, existen organizaciones revolucionarias que parecen sólo preparadas para adueñarse del aparato del estado existente con el objeto de "ponerlo en marcha para sus propios fines.

Alfredo Maneiro “Notas Políticas” Venezuela 1983 (Veinte años despues)