Carta a Bony de Simonovis y Yajaira de Forero, para sus esposos presos, para sus hijos, amigos y familiares.
Es muy temprano en la mañana (5:30 am) de hoy cuatro de diciembre (4-12) y aquí en Catia retumban los cohetes y las dianas del Chavismo llamando a batalla. Arengan sus huestes los llaneros de José Tomas Boves, se pierde de nuevo la Republica, nuestras tropas se abstienen, rehuyen el combate, espero que sea para reagruparse, reencontrar el aliento y la esperanza para mejores momentos, los gritos de libertad se convierten por ahora en un eco lejano.
Tal vez nos toque como a Francisco de Miranda morir en la Carraca, o en los calabozos de la Disip, o en la inhumana cárcel del Rodeo. Quizás nuestra suerte sea la de Simón Bolívar ir al destierro para encontrar en otras tierras aliento y apoyo para continuar la lucha. Quisiéramos sin embargo tener el destino de José Antonio Páez, la posibilidad de encontrar el valor y el coraje para luchar en nuestras calles, en nuestros esteros nuestras propias batallas. Aspiramos como él lo hizo reencontrarnos con la gente del pueblo, construir el mensaje y el discurso para ser de nuevo uno con nuestra gente, de arrebatarle los llaneros al tirano, de conseguir en el camino cientos de negros Pedro Camejo, dispuestos a morir no por el líder, sino por su patria, por sus ansias de libertad.
Soplan aires fétidos y nauseabundos, la basura se amontona por las calles, los zamuros teñidos de rojo se enseñorean sobre la carroña. Son momentos tristes, pero no es tiempo de llorar, de lamentarnos, de simplemente orar y esperar que otros hagan los milagros, de arrodillarnos a esperar que la gracia divina se apiade de nosotros, no es tiempo de esperar que sean otros los que den el primer paso para romper las cadenas, nos corresponde a nosotros darlo, iniciar lentamente el ascenso de la cuesta, deshacernos de lo superfluo, lo innecesario, aligerar la carga para bordear sin temor los precipicios, asumir en consecuencia el riesgo de equivocarnos y la responsabilidad de morir, si es necesario, en el intento.
Como todas las cosas, dar el primer paso, un paso a la vez, a pesar de lo trágico de la situación. La prisa no es nuestra aliada, son momentos que requieren inteligencia, sensatez, principios, coraje y pasión.
Es tiempo igualmente de retirarnos en orden, de recoger nuestros heridos, de enterrar nuestros muertos, no los podemos dejar a merced de los animales de carroña, si es posible darles cristiana sepultura. No podemos perderlo todo, hay que arriar las banderas, guardarlas para mejores momentos, recoger las lanzas y fusiles y aunque no tengamos parque ni municiones, mañana lo tendremos y limpiaremos nuestras armas, sanaremos nuestras heridas para ir de nuevo al combate por la libertad.
Y para aquellos prisioneros, sus hijos, esposas y familiares, para ustedes los que cargados de cadenas esperan su turno en el paredón, que se desprenda la cuchilla del odio para intentar cercenar sus ideas, Nuestro aliento, No los olvidamos, estamos con ustedes, por eso hoy iremos a votar, hoy cuatro de diciembre, con el pañuelo en la nariz, pero con nuestro corazón rebosante de alegría por saber que cumplimos con nuestro deber, así como ustedes cumplieron con el suyo al pelear por nosotros, al defendernos en esos días aciagos en que la esperanza de libertad y las ansias de democracia eran un arco iris por los suelos, valles y montañas de nuestra patria.
Estamos seguros, que a pesar de sus serios y constantes esfuerzos, no lograran destruir nuestra patria, no podrán acallar las voces de disidencia ante el tirano y entonces recordaremos a los heridos, muertos, desaparecidos, se romperán las cadenas de la opresión, se abrirán las rejas y de nuevo nos reencontraremos bajo el sol de la libertad. Entonces diremos que no fueron vanos e inútiles los sacrificios. Pero mientras ese ansiado día llega, estaremos donde nuestra conciencia, razón y corazón nos dicta. Por esto estaremos en las trincheras de los centros de votación defendiendo uno a uno los votos que harán posible que logremos la libertad que ustedes merecen. Cumpliremos con nuestro deber de votar, agotaremos todos los esfuerzos para acortar la condena. Y lo haremos por que mañana queremos tener el valor de mirarlos a la cara y decirle lo intentamos, aunque lo que quisiéramos decir es lo logramos.
Angel Cacique. Gente de Pueblo - Solidaridad
1 comentario:
Propongo, aunque estoy un poco fuera de tema, que se necesita convocar una Asamblea Constituyente y rehacer el país.
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