EXASPERAN, ENTONCES, a grupos de éstos para que se decepcionen más y no voten, entretenidos con ese placebo de la política llamado 350, y azuzan a núcleos de las Fuerzas Armadas como antes con el paro petrolero y la picaresca de plaza Altamira. La gente se abstiene por muchas razones: desinterés, decepción frente al gobierno y la oposición, desconfianza por los líderes, desconocimiento de los candidatos, dudas de que valga la pena, trauma del Revocatorio, y porque algunos llaman a no hacerlo. Pero ese sentimiento es al tiempo comprensible y equivocado. Lejos de ser una victoria de nadie, la abstención es un problema a resolver por los disidentes, pues el número de diputados democráticos va a mermar, no por acción del gobierno, sino por la ingenuidad que le facilita la tarea.
LA ABSTENCION MILITANTE está en sectores medios con propensión al mal de rabia, cuya encalabrinamiento en estos años contribuye a explicar el fin de la democracia. La antipolítica y la destrucción de los partidos, el triunfo de Caldera, el de Chávez y la ferviente defensa de la asamblea constituyente, las guarimbas, "el paro", la feroz oposición a "los reparos" y a concurrir al revocatorio, están en su currículum. Su parroquialismo analítico "endógeno" que no se cura con frecuentes vacaciones en Fort Lauderdale ignora que no se conoce de la oposición a una autocracia que haya convocado a no votar, y menos con la avilantez argumental de que los dictadores "no respetan mi voto", "yo marché ocho veces" o "mi firma estaba ahí". Los fraudes, más bien, han sido catalizadores de crisis de las dictaduras. La experiencia general demuestra que sólo sólo a través de la participación en los distorsionados mecanismos de las dictaduras se les derrota, como Endara en Panamá, Chamorro en Nicaragua, Walesa en Polonia, Yusenko en Ucrania, Corazón Aquino en Filipinas, Toledo en Perú, el PS y PDC chilenos, por no hablar de Pérez Jimenez. Hay que luchar por Patricia, y también por Delsa Solórzano, Carlos Tablante, Jorge Sucre, Ibéyise Pacheco, Carlos Ocariz, Jesús Garrido, Alfonso Marquina, Pastor Heydra, Liliana Hernández, José Luis Faría, Carlos Melo, Gabriel Puerta y muchos otros.
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