"Una Manera Creativa De Invertir El Tiempo. Optimizar El Esfuerzo. Empezar de Nuevo"

Venezolano. Critico y activo opositor a la cuarta, a la quinta y probablemente a la sexta república. Intento intercambiar experiencias, propiciar debates, generar aprendizajes. Pensar y hacer en el proceso cotidiano de construir un mejor país, inteligente y feliz, con desarrollo sustentable y en Paz. Sin todas las respuestas con dudas permanentes, aprendiendo de los errores, intentando que mis sueños sean posibles y vivir el presente con orgullo y dignidad. Ángel Cacique

viernes, abril 16, 2004

"Rodeo loco, ruleta rusa". Privación de Libertad de Carlos Melo fue todo un Martirio

Cadena Global.com.(El Mundo)16-04-2004.- Los 32 días de cárcel de Carlos Melo se traducen en una experiencia que lo repotenció como político y ser humano. “Déjate pegar cinco peinillazos y llegas a Presidente”, le dijo uno. He aquí el crudo recuento de ese mes montado en la silla de El Rodeo
“Bienvenido al Rodeo loco”, le dijo un Guardia Nacional a Carlos Melo apenas cruzó las puertas del infame penal. Llevaba varios días detenido o, más bien, ruleteando por Caracas de un cuerpo policial a otro en un tour a lo paquete vacacional: tres días y dos noches en la Disip, dos días y dos noches en el BAE y horas de tránsito en la División de capturas de la PTJ.“No es como en las películas, a mí nadie me interrogó, si quiera vino alguien a preguntarme si las armas que estaban en el carro eran mías. Es más, llegué a pensar que el silencio era una nueva forma de tortura psicológica, no te hablan y, uno, por su puesto, muere callado. Hubo un día que me dejaron esposado y sentado en un silla como a Hannibal Cannibal por ocho horas, te puedes volver loco; sólo se acercó un Disip y me preguntó si me apretaban las esposas para luego dar la orden de que me las aflojaran.“Ya en Tribunales, la juez tampoco habló conmigo, eso es una de las primeras cosas que aprendes de ser un imputado, uno está como cucaracha en baile de gallinas, los defensores del pueblo, los jueces, los fiscales y los abogados hablan sobre ti, pelean, y uno no puede decir ‘ñe’, dejas como de existir”.De los calabozos de la Disip fue trasladado a las instalaciones de la Brigada de Acciones Especiales (BAE) en un operativo comando. Tras envolverlo con chaleco antibala, casco y pasamontañas — “Osama y yo” agrega entre risas—lo montaron en un Hummer que cruzó la ciudad de la forma menos discreta posible, hasta el propio Carlos Melo puedo leer las curvas del vehículo e intuir su destino.“Confieso que prefiero estar mil veces en El Rodeo que en los calabozos de la Disip, allí te tienen como a los pollos, con un neón prendido de noche y de día, en un huequito mínimo de un metro de ancho, sin camas, sin ventanas ni entradas de aire, caliente y húmedo pues las celdas están enterradas en lo más profundo del Helicoide. Cuarenta días allí no deben ser algo exactamente cómodo”.Olor a criadero de conejos, miedo, esa era la primera vez que Melo pisaba el Rodeo… “Llegas entonces a un lugar amplio que separa a prevención de las celdas y que es conocido como El área de tiro, pues “preso que ponga su píe allí, está muerto”. Francotiradores apostados las 24 horas allí crean un perímetro de seguridad para evitar la fuga de internos.Confundido, Melo se pregunta por su suerte, no sabe si su traslado a ese penal corresponde a una estrategia del gobierno para eliminarlo; en su juventud había sido detenido una vez durante 20 días también por razones políticas, pero esa era su primera experiencia como recluso común en una de las temidas cárceles venezolanas. Comienza a subir una rampa y el universo se le nubla, la sangre se le congela; de pronto, escucha retumbar en los pasillos: “¡Epa, Carlos Melo!” y allí es que entiende que todo estaba e iba a estar bien.“Nunca supe quién gritó pero lo hizo como en nombre de El Rodeo y eso por supuesto me tranquilizó. Después llegué a un pared toda tirotead con la letra A, que es el anexo que llaman ellos. Después está el área de los trabajadores, la de funcionarios, los evangélicos y finalmente La torre, que es dónde está la población penal más numerosa. Los trabajadores son los presos que están sometidos a un régimen laboral en el que es condonado un día de pena por un día de trabajo, pero los trabajos no son queridos por nadie, el resto de los presos les dice brujas y cosas como: ‘esos no tienen derecho a nada, son la escoria de la cárcel’ porque la política del recluido común, por lo general, es no hacer nada que favorezca en ningún sentido a la administración, aunque esto signifique más días de condena. La verdad es que, de todas formas, son los menos en El Rodeo los que pueden intercambiar pena por trabajo porque la mayoría de los que están recluidos allí no tiene sentencia”.El Anexo es un área para los olvidados — sí, algunos presos pueden estar más olvidados que otros—, gente que fue expulsada o no asimilada por alguno de los sectores del penal, castigados y loquitos, por lo general. Era allí donde, en un principio, querían ubicar a Melo, pero éste solicitó al guardia que lo guiaba que revisara las instrucciones de la juez y consiguió entonces que lo asignaran al área de funcionarios que es la que alberga, sobre todo, a policías y, en un menor grado, a ciertos reclusos que moviendo contactos o cash consiguieron que los reasignaran en ese aparte, debido a que es un tanto más seguro que el resto de las áreas de El Rodeo.Los evangélicos, cómo su nombre índica, son aquellas personas que pertenecen a esa religión y pagan condena allí. Son un tercio de la población carcelaria de El Rodeo, unas 400 personas, y una clavija importantísima de la convivencia comunal: “Son ellos los que cargan a los muertos y heridos. Gritan: ‘Vive, vive, vive’ mientras los cargan pero quieren decir Dios vive". "Eventualmente también protegen y albergan a otros retenidos, aunque no es nada fácil ser un evangélico, se levantan a rezar a las 5 de la mañana, visten de corbata, chaqueta y sandalias, y tienen normas como no fumar o beber en su espacio, quien las incumpla corre el riesgo de que lo echen por la ventana, tal cual y creo que hablan muy en serio”.Lo primero que ve en el sector de funcionario es a los dos policías de Baruta detenidos el 27 de febrero pasado. Tras encontrarlos, el dirigente político es presentado al resto de detenidos y ubicado en su nuevo hogar. “Me habían conseguido un colchón a través de una ferretería que se solidarizó con nosotros pero la segunda noche, un muchacho me dijo: ‘Señor Melo, duerma aquí en la cama que yo me voy para el suelo’. La cárcel está llena de jerarquías que demarcan desde la autoridad hasta la antigüedad en el penal, y dónde duermes es el indicador más claro en tu puesto en la organización de los presos, dormir en un pasillo, el suelo, un colchoneta, un boogie y una cama, no sólo indica los diferentes niveles de comodidad sino también tu rango”.“Una de las cosas que mas llama la atención de El Rodeo es la edad de los presos, puros jóvenes menores de 30 años, y como yo ya estoy entrado en los cincuenta, hubo cierta condescendencia conmigo, creo. Por eso el gesto del muchacho. Lo otro es que sí que entendían nuestra situación, hasta los guardias nacionales nos llamaban ‘los sembrados’ y si bien no es que hubo un trato especial hacia nosotros sí una deferencia tácita y no por razones políticas, porque El Rodeo no está tan politizado como el resto del país, incluso los guardias y los funcionarios de justicia —que por cierto parecen otros presos más, viven allí ganan apenas 400 mil bolívares mensuales— actuaron de una forma sino justa, porque eso es imposible en una cárcel, si que imparcial. Los presos, además, lo que ven es novelas en la televisión, muy pocas noticias”.“Hay que junto a la edad de los procesados, llama la atención su procedencia. Yo no vi ni un preso que fuera del este de Caracas, salvo que fueran de Petare que había muchos, todos procedían de sectores populares, es decir que la cárcel no es como decía Chávez para los delincuentes de cuello blanco ni para los oligarcas, la cárcel sigue siendo para el pueblo. Sino son de sectores populares son europeos. Conocí a tres italianos, unos lituanos y varios españoles presos, todos por narcotráfico”.Francesco, entre otras cosas, le dijo a Melo: “Déjate pegar cinco peinillazos y llegas a presidente, yo estoy feliz aquí, tiro tres veces a la semana —que son la cantidad de visitas permitidas semanalmente—, no tengo que mantener a nadie ni pagar nada”. Sin embargo, él y los otros europeos le aseguraron a Melo que El Rodeo era la cárcel más dura de todas las que habían conocido en Venezuela” y ellos habían estado en varias.“¿Por qué la más dura? Porque primero es la cárcel venezolana con mayor promedio de asesinatos, allí te matan por tres cigarros. A un italiano amigo de Francesco lo mataron hace un mes antes en una masacre que hubo en la enfermería que, por cierto, cerraron después —Enrique Mendoza donó una ambulancia con paramédico que ahora hace las veces de ambulatorio—. Mientras yo estuve no hubo un muerto, si un herido de 4 disparos en el pulmón, varios intoxicados y heridos de ‘paseo’, pero ningún muerto”. “Lo otro que hace más duro al El Rodeo es que allí no dan comida, toda viene del exterior y hay que pagar además una causa semanal para mantener las ‘letras’, quien no tenga para pagar la comida o la causa queda inmediatamente excluido y fuera de las mismas. Pero, aunque eso ocurre con la mayoría de la población penal de Venezuela, lo que más indigna es el abandono judicial en que se encuentra sumido el preso: hay gente que no le dictan sentencia y puede ser inocente y pasa allí dos años por cosas como que el fiscal acusador de no va a tribunales los días de audiencia. No, no vi gays ni violaciones ni nada parecido pero los presos siempre están jodiendo con eso”.“Yo me negué a meterme en la cárcel, no usaba guardacamisas ni shores largos como todo el mundo, me ponía mi blue jean y mi camisa, pero poco a poco la cárcel se mete en ti y quieres hacer algo, mover unas pelotas de básquet para que los presos jueguen, unos materiales para que construyan un galponcito en el patio, ayudar para que se organicen mejor. No sé si fue debido a nuestra presencia allí, pero las autoridades y los presos lograron un grado mayor de convivencia y humanidad, tanto que el ‘pran’ de La Torre me escribió una carta en nombre de los jefes de la mafia dándome las gracias por hacer que los verdes los respetaran un poco más. Y yo me pregunto por qué no se puede trabajar en ese sentido, hacer de la cárcel algo más humano de lo que es, el preso en muchos sentidos es un ser que ya vive una condena: estar olvidado, que es peor que la esclavitud”.El día que salió de El Rodeo, no sabía si iba a volver, sólo que iba a tribunales. Cuando iba descendiendo por la rampa escuchó: “Tas libre, Carlos Melo” y supo que si regresaba al penal era de visita, y no conyugal.Glosario carceleroAhí te secas: te jodiste.Régimen: celdas unipersonales.Prevención: lugar destinado al control de las visitas y los presos administrado por la Guardia Nacional, ubicado en la entrada de El Rodeo. Boggie: carpa improvisada hecha de sábanas.Letra: celda.Rutina: la conducta del preso que niega la colaboración a las autoridades.Achicharrado: el que no tiene familia y nadie le lleva nada, olvidado de la justicia.Paseo: chuzo.Medio brazo: paseo largo.Coliseo: combate de paseos Pran: eje de letra o torre.Volanteros: rango inmediatamente inferior al pran.Luceros: hombres cercanos al pran y los volenterosTeleférico: bolsa que bajan de letra a letra para intercambiar comida, cigarro o lo que sea.Caleta: escondite.Verde: guardia nacional.Agua: autoridad que entra a la letra.Garitero: vigilante de la letra.Anegado: recluso que es rechazado de todas las letras y no tienen ubicación específica.Bomba: solicitud de dinero que le hace el guardia a un preso, por lo general de montos de 5 o 10 mil bolívares.Volteado en la panza: No ayudar en alguna actividad o compañero de la letra.Causa: cotización semanal de los gastos semanal de los gastos de la letra
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