"Una Manera Creativa De Invertir El Tiempo. Optimizar El Esfuerzo. Empezar de Nuevo"

Venezolano. Critico y activo opositor a la cuarta, a la quinta y probablemente a la sexta república. Intento intercambiar experiencias, propiciar debates, generar aprendizajes. Pensar y hacer en el proceso cotidiano de construir un mejor país, inteligente y feliz, con desarrollo sustentable y en Paz. Sin todas las respuestas con dudas permanentes, aprendiendo de los errores, intentando que mis sueños sean posibles y vivir el presente con orgullo y dignidad. Ángel Cacique

lunes, julio 19, 2004

Jóvenes / Los rostros del relevo

Caracas, lunes 19 de julio, 2004
Nacional y Política



Jóvenes / Los rostros del relevo
Líderes del futuro

De tanto ver a sus padres involucrarse en el trabajo social y comunitario, pidiendo ayuda para construir canchas deportivas, en sus respectivos barrios, fue que Kanaima Cacique y Tadeo Rada entraron en el mundo de organizarse, escuchar y ayudar a los que menos tienen.

Teresa de Vincenzo
El Universal

Kanaima Cacique / Nunca hay que dar la espalda

A los 23 años, muchas cosas inquietan su vocación de trabajo social y político, pero ahay una sola que tiene muy clara: no importa quién esté al frente del gobierno, si no está haciendo las cosas por el bien de la gente y del país, seguirá siendo un opositor.

Kanaima Cacique, nacido y criado en Altavista, Catia, pasa más tiempo en la calle, aconsejando a los chamos de su parroquia que se enfrentan a las drogas, a la promiscuidad o al desempleo, que en su casa. Para él, líder no es el que hace escaleras en un barrio, cuando la gente necesita un ambulatorio, sino el que escucha a la comunidad y cree en lo que hace, ¿aunque no sea el más preparado académicamente¿.

En estos tiempos de demandante postura política, no duda en ubicarse como contrario al gobierno, pero advierte que si es capaz de reconocer lo bueno de un sector, también les dirá cuando lo estén haciendo mal. Para él, esa debería ser la norma en política.

De su padre, Angel Cacique, profesor de bachillerato y dirigente comunitario, heredó el interés por el trabajo popular, porque lo veía, desde niño, ¿agrupando a los chamos que estaban abandonados para meterlos en equipos y motivarlos a hacer deporte¿. De esa época, recuerda la cara que ponía un niño que por primera vez veía una cancha deportiva.

Hace dos años empezó a estudiar Administración de Hidrocarburos. ¿Me interesé por todo esto cuando percibí que hay personas que no reciben ayuda ni siquiera de su familia. Entonces, cuando llega un extraño y les da la mano, te toman un cariño muy grande. Esa es una satisfacción única del quehacer político¿.
Sus amigos y compañeros viven en el este y en el oeste de Caracas. Con ellos también estudia, trabaja y hace deporte.

"Hay gente que está tan complicada, que no ve que tiene las soluciones en sus narices: si están desempleados, los oriento; si están enrrollados los escucho; si no tienen dónde estudiar, les busco las opciones, no les puedo dar la espalda. Siempre les digo, si yo pude, que vivo en Catia, ¿por qué no vas a poder tú?".

Se ríe cuando le comentamos que su labor parece el ejercicio de un apostolado, pero aclara que su preocupación, además de labia, también tiene aplicaciones prácticas.

Creó una asociación civil llamada Ecocatia, dirigida a aglutinar interés en torno a la culminación del Parque del Oesta, labor que ya habían iniciado sus padres.

Despues del 11 de abril de 2002 participó en manifestaciones, hizo un curso de no-violencia y organizó protestas en la universidad. De su paso por la Coordinadora Democrática de Catia tiene memorias específicas: "Fue bastante duro porque allí muchos consideran que uno es un niño, que no tienes ideas y que eres como un soldado obligado a obedecer".

Cuenta que se empeñó en mostrarles lo contrario y con su grupo de Catia organizó conciertos y la logística del primer Firmazo, en febrero del 2003. "Prácticamente lo hicimos nosotros solos, muy poca gente nos ayudó. Nos dijeron que no se podía, que el sitio era peligroso, que era un bastión chavista. Pero nos empeñamos y resultó".

Se retiró para entrar en Súmate. Colaboró primero como voluntario en las recolecciones de firmas y hoy es el coordinador de la organización en Catia. "Nadie me paga nada. Hago esto porque creo que es lo correcto".
Para Kanaima, incentivar a la gente a que se inscriba en el Registro Electoral, se saque la cédula o participe en alguna labor social es una tarea de todos los días, "porque tirados en una silla, viendo televisión, no hacemos nada por el país".

"Ahorita estamos montando las listas de los testigos que van a participar en el revocatorio presidencial"
Menciona que lo peor de la política "s que hay momentos en que te sientes solo... y tienes que sacrificar muchas cosas de tu vida personal"

Pero lo mejor, y lo dice lentamente, "s cuando tienes la satisfacción de haber alcanzado objetivos y la gente se siente satisfecha de la labor"

A los líderes que pintan canas les quitaría muchos vicios, como que "en vez de ayudar, traten de frenar las iniciativas de los jóvenes". A los de esta generación, les pide trabajar duro y escuchar.

"¿Líder yo? Depende... el líder clasico no soy ni me siento. Lo que yo veo es que mucha gente me tiene confianza y me escucha. Eso es lo que quiero mantener".

Piensa seguir en la política y en la actividad social abrigado en un argumento: "Si tú no defiendes tu dignidad y tus ideales, nadie lo va a hacer por tí".

Dice sentirse impotente ante la polarización política.
"A veces, ni siquiera puedes sentarte a dialogar. Yo conozco familias donde hay chavistas y opositores que no se hablan y me pregunto ¿qué se hicieron los lazos de siempre? Veo que se ha roto esa lealtad y es lamentable".

Kanaima cree que la unión es recuperable, "pero con mucho trabajo social".
Frente a la violencia hace una pausa, porque opina que no es bueno devolverla, pero tampoco poner la otra mejilla.
"Uno puede correr un día, pero cuando la violencia te alcanza y la tienes en frente, ¿qué haces? ¿Vas a esperar que maten a un montón de gente para actuar? Ahí, todavía no tengo respuestas".
Cree que a las chamas que salen embarazadas hay que apoyarlas, a los niños de 13 que están empezando su vida sexual, "hay que hablarles de los condones" y a los que están en las drogas, insistirles, aunque no se dejen ayudar. Nunca hay que darles la espalda, porque si te buscan es por algo".
Promete seguir en la lucha "por lo menos hasta que tengamos un país mejor y haya igualdad de oportunidades".

Tadeo Rada / Hay que tomar en cuenta a los jóvenes

De niño, su mamá lo llevaba a las reuniones políticas que se celebraban en la alcaldía y en la casa de la cultura de Petare. Allí, en posición de indiecito, escuchaba las discusiones de los adultos sobre la problemática de la comunidad. A los 15, le dio por preocuparse y trajinar para conseguir material deportivo y entregarlo a los atletas del barrio. Hoy, adulto, casado, con tres hijos y con la experiencia de haber creado una Fundación de ayuda comunitaria, se ha puesto como meta levantar una guardería y un laboratorio popular en la zona donde creció. "Es que este gusanito de la vocación social no me lo puedo sacar".

A los 29 años, Tadeo Rada ha canalizado su labor en Petare hacia el trabajo con niños y adolescentes e insiste, mientras pide, busca y aporta, que "los jóvenes lo que necesitan es ser tomados en cuenta porque hay mucho potencial dentro de las comunidades más necesitadas y no los incluyen en los planes del país".
De aquellas primeras experiencias, de la mano de su madre, Nélida Rada, recuerda el empeño de ella por lograr la construcción de una cancha en el sector El Carmen, del Barrio Unión y de cómo le conmovían la expectativas de niños y muchachos por tener un espacio de concreto donde golpear una pelota.

"Había chamos, pero no tenían material deportivo ni asesoramiento para organizarse. Entonces, empezamos por crear asociaciones civiles y clubes deportivos y allí arranqué yo en el trabajo social".
De su experiencia deduce que la política y el deporte siempre van de la mano, "porque para poder obtener los materiales necesarios hay que conseguirlos a través de donaciones o por intermedio de los representantes de las autoridades municipales". Advierte que no se trata de pedir como dádiva, sino de tenderse la mano, unos a otros como una gran familia. "En Petare todos nos conocemos y sabemos que algunos requieren más apoyo que otros".
En el año 2000 creó la Fundación Juvenil Antonio José de Sucre, que reunió a muchachos de 14 a 23 años que se involucraron con las necesidades de los niños habitantes de Caucagüita, La Dolorita, Mariches y Barrio Unión.
"Hacíamos eventos culturales y actos de recreación con los más pequeños: disfrazarlos, pintarles caritas, enseñarles a volar papagayo. Una vez que te acercas tanto a un niñito, nunca más olvidas su rostro. Ellos me reconocían, con el paso de los años, en cualquier parte del municipio".
Rada también trabajó en la casa hogar Mamá Margarita, prestando apoyo a los niños abandonados.
"Yo pasaba cartas a la alcaldía y a la gobernación pidiendo materiales para hacer papagayos, y cotillones. Recuerdo mucho a Joseíto, un niño muy mala conducta, que tuvo problemas porque sus padres lo concibieron en medio de la drogadicción. Con el tiempo logramos integrarlo al grupo".
Sacar a los jóvenes de las adicciones, hablar con sus familias, generar cercanía en medio de los conflictos, dar charlas de información sobre drogas, y sexo y sobre todo, escuchar los problemas de labios de los propios involucrados, eran las tareas que ocupaban los días de Tadeo y sus compañeros en la Fundación. Cuenta que muchos de esos colegas hoy han abierto sus propias fundaciones, otros están dando clases y la mayoría está volcada al trabajo social.
También fue presidente de la Asociación Civil Gregorio Zurita, que es un club de abuelos que queda en Barrio Unión.
"Los sacábamos a pasear, buscábamos sus medicinas y bolsas de comida, les realizábamos misas semanales y mensuales, conseguíamos sillas de ruedas, bastones y camas y hasta jugábamos dominó los domingos... Imagínese, cuando uno de ellos moría, eso nos pegaba como si fuera un familiar cercano".
Por estos días, Rada anda metido de cabeza en otro proyecto: adquirir una casa propia para crear una guardería popular. Estuvo en el Fonvis, que es una dependencia oficial, pidió una planilla y como respuesta recibió un lacónico "no hay recursos".
"No pierdo la esperanza. Iré al Bandes o a Fede o a la instancia que haga falta. Seguiremos luchando".
La polémica entre chavistas y opositores no es ajena a la labor de ayuda social. Rada pone como ejemplo los casos de Massiel Machado, recién dada a luz, "que estaba desesperada por estudiar" y Jonathan Mendoza, voluntario de una de las misiones "que quería profesionalizarse". Asegura que a los dos les consiguió cupo para estudiar turismo en el INCE.
"Una es partidaria de la oposición y el otro del gobierno. Nuestro trabajo es con ambos grupos, sin involucrarnos en lo político. En ambos bandos hay gente mala y gente buena, lo que nos interesa es fortalecer a los jóvenes, ayudarlos, apoyarlos y guiarlos por un camino productivo".
De formación y tendencia socialdemócrata, Tadeo considera que hay que hacer una revisión de los nuevos y viejos liderazgos. Testigo de una militancia que tenía que seguir lineamiento del partido, cree que ahora los partidos deben seguir los lineamientos de las bases populares y de la sociedad civil.
"Antes los grupos decidían a puerta cerrada qué era bueno o malo para la localidad o la región, pero resulta que éso sólo lo sabe el que llora con una vecina porque se le murió un hijo y no tiene con qué enterrarlo. Ese es el nuevo líder".
Para Tadeo Rada el requisito de los dirigentes de este tiempo es rozar con la gente y palpar sus problemas, "no en los medios de comunicación, ni declarando en una tarima, sino al lado de sus rollos y sus dolencias".

http://deportes.eluniversal.com/2004/07/19/imp_pol_art_19106AA.shtml